viernes, 25 de junio de 2010

La ética como estrategia de solución en las cargas de trabajo

La ética como estrategia de solución en las cargas de trabajo

Berenice Carvajal N.
Universidad del Sur


Resumen:


Se propone a la ética como una estrategia a la solución de cargas de trabajo en las instituciones educativas, tomando como punto de partida el análisis vivencial del ambiente de trabajo laboral y el clima poco favorable para un mejor desempeño en sus actividades cotidianas del empleado, el cual el jefe con poca ética genera un stress y desacuerdos con la gente que tiene alrededor.
Palabras clave: Ética, solución, ambiente, stress y desacuerdos.


Introducción

La ética laboral

El mundo en que nos movemos presenta numerosos retos para las empresas. Y, entre ellos, el de comportarse éticamente no es el menor. Nuestra sociedad ha mejorado mucho en técnicas de gestión, en la estructura legal e institucional en el que se desenvuelve la actividad económica y ha desarrollado enormemente las capacidades y conocimientos de directivos y empleados. Y, aun así, con mejores tecnologías, mercados más abiertos, profesionales más competentes y entornos más favorables, los escándalos y problemas continúan aflorando. Sigue siendo cierto que, a pesar de todos estos avances, no es posible dirigir bien cuando los directivos son egoístas, los empleados apáticos y los gobiernos corruptos.
Las claves de estos problemas parecen estar no en los aspectos técnico-económicos y políticos, sino en la calidad moral de las personas y su capacidad para hacer de las organizaciones que dirigen o en las que trabajan lugares donde la ética esté presente, orientando toda su labor. Porque si las organizaciones no viven suficientemente la ética, la sociedad entera acabará pereciendo, no a la falsedad de un sistema, sino a la inmoralidad de sus protagonistas.
El trabajo que aquí desarrollara quiere demostrar que existe un papel importante para la ética en el mundo Laboral, es más: la ética es totalmente necesaria, no ya para ser una buena persona, sino para ser un buen profesional: si no se es ético, no se puede ser un buen directivo.
Pero antes debemos aclarar qué NO es ética en la empresa: No consiste en pagar salarios altos (que pueden ser muestras de una conducta moralmente correcta o, al contrario, pueden ser inadecuados).

Desarrollo

Dos de cada cinco empleados siente que sus jefes incumplen sus promesas con frecuencia. Se cree que este comportamiento poco ético se debe a que cumplir las promesas contraídas con sus empleados no se corresponde con la imagen que tienen de jefe efectivo. Esta falta de confianza provoca en los trabajadores tensión, cansancio o la búsqueda de un nuevo empleo. Por Raúl Morales.
“Muchos jefes tienen la percepción de que si no imponen forzosamente su voluntad no están comportándose como un jefe efectivo”, lo cual generan una presión al empleado para que se obtengan mejores resultados y así se desquite el pago generado.
Las actitudes de los jefes con poca ética laboral son capaces de crear un ambiente desagradable con sus empleados, debido a que hacen comentarios negativos, sarcásticos, irónicos que hasta cierto punto esto genera un desequilibro hacia las personas que dirige.
Los trabajadores que tienen que “cargar” con un jefe poco ético e irrespetuoso son más proclives a estar desencantados, cansados o nerviosos. También pueden dejar de esforzarse por sus empresas y no hacer horas extra o trabajar algún fin de semana. Normalmente huyen de estas situaciones buscando otro puesto de trabajo. Porque sería la opción más sana; a la larga el trabajador va teniendo problemas de estrés, el ritmo de trabajo y la calidad va bajando poco a poco ocasionado por la falta de motivación y reconocimiento de su desempeño que es capaz de lograr.
No obstante, la ética es el conjunto de “instrucciones de uso” de nuestra vida, lo que nos permite alcanzar nuestra finalidad como personas, lo que facilita nuestro crecimiento en humanidad.
La ética tiene dos contenidos, dos direcciones.
1) Una, negativa: no hagas el mal. ¿Por qué? Porque te destruyes como persona (poco o mucho, según los casos) si actúas contra tu conciencia.
2) Otra, positiva: haz el bien. ¿Cuál? Todo el bien que puedas.
Aunque, ¿quién sabe qué bien es éste? ¿Qué bien hay que hacer? Producir más y mejores bienes y servicios, crece más, desarrollar capacidades distintivas, lo que él y la organización saben hacer mejor que los demás.
Ayudar a las personas de la organización a crecer, servir a sus clientes, ayudar a satisfacer sus auténticas necesidades, ayudar a la comunidad local en la que se mueve, tratar de lograr el bien común de la sociedad en la que trabaja, un bien que tú conoces muy de cerca, porque forma parte del propósito de la organización. La ética no es para predicarla, sino para practicarla.
La ética, pues, no es algo ajeno a la actividad laboral, algo añadido. Forma parte de la forma de ser y de actuar de un buen profesional. Puede conseguirse y puede perderse. También puede fingirse, pero, al fingirla, el directivo pierde una parte importante de sus capacidades. El directivo inmoral es un mal directivo, porque olvida, pierde, se queda ciego ante una faceta de la realidad que necesita para ser un buen directivo.
Un ejemplo simple y conocido que se da muchas veces, pero muy útil. Supongamos que a un director de fábrica le interesa lograr que sus empleados intensifiquen su ritmo de trabajo, para acometer un pedido importante. Y se lo plantea como una necesidad imperiosa de la empresa: “si no cumplimos los plazos previstos nos jugamos el futuro de la empresa”. Como es lógico, los trabajadores responden al reto que les lanza el jefe y el pedido sale a tiempo. Ha sido un buen directivo, porque ha tenido éxito (económico).
Pero ha engañado a sus empleados. ¿Qué pasará cuando lo sepan? Porque es muy probable que tarde o temprano entiendan su juego, sobre todo si lo repite a menudo. Entonces ellos ¿Cómo se sentirán?, sus reacciones pueden ser muy diferentes. Quizá la próxima vez que les pida un sacrificio se nieguen a hacerlo. O aprendan a ser ellos también menos éticos: quizá se reducirá su ritmo de trabajo, empezarán a fingir enfermedades que no tienen (“si el jefe nos engaña, nosotros también sabemos hacerlo”), o se llevarán algunos productos de la empresa, o perderán el tiempo jugando en Internet, y lo peor de todo es que su jefe no entenderá lo que pasa: no comprenderá que ha roto la unidad de la empresa y le parecerá que es un problema de incentivos económicos, o que los trabajadores se han convertido en unos sinvergüenzas. Al no percatarse de la dimensión ética de su conducta, habrá perdido un aspecto de la realidad que le impedirá ser un buen directivo, como mínimo mientras no rectifique y vuelva a recuperar aquella unidad perdida.
¿Exageración? ¡No!. Aunque, por suerte, una gran mayoría de gente actúa habitualmente de acuerdo con criterios moralmente correctos; si no fuera así, la vida en sociedad sería enormemente dura y decepcionante.
La Ética Laboral está formada por:
1) Por los principios y conductas de las personas que la integran.
2) Por las interacciones entre estas personas, es decir, por los procesos de aprendizaje (positivo o negativo) que hay entre ellas, continua e inevitablemente.
3) Por el propio fin de la organización, y por su estructura, organización, reglas y cultura, que son las que dan sentido, dirección y propósito a la acción de las personas.
Las organizaciones pueden:
• Apoyar, construir y difundir una “cultura ética” en su interior
• Establecer controles y sistemas de incentivo virtuoso
• Formar a su personal
El personal y los ejecutivos pueden:
• Liderar con el ejemplo
• Capacitarse en materias concretas
• Contribuir a la difusión de principios éticos en el ambiente laboral
Al final, directivos honestos serán capaces de tomar decisiones correctas (técnica, sociopolítica y moralmente correctas), si la organización les proporciona el marco, los incentivos y los medios para llevarlas a cabo. Directivos honestos podrán tomar decisiones correctas en una estructura inmoral, pero es difícil que puedan hacerlo de forma continuada: al final, algunos se corromperán, otros se irán, y la inmoralidad del entorno acabará dominando a los decidores individuales.

Conclusiones

En la actualidad vemos constantemente casos de corrupción en la administración pública o privada. ¿Cuál es el origen de estos comportamientos no éticos en las empresas? ¿Qué tipo de personas manejaban esas empresas? Estaba comprobado que se trataba de ejecutivos formados en las mejores escuelas y universidades y que percibían una de las mayores remuneraciones. Bien formados académicamente y bien pagados ¿Pero qué tipo de formación humana recibieron? ¿Cuál era su concepto de servicio y de liderazgo? ¿Qué valores promovían en su vida personal y laboral?
En consideración la ética laboral fortalece organización, poseer un equipo de hombres y mujeres éticos que se dan cuenta de cómo tomar las decisiones para que no sean solo económicamente eficaces, sino también socialmente constructivas y sobretodo éticamente correctas además de crear un ambiente grato de trabajo. Y ante todo, que tengan la categoría moral necesaria para llevarlas a cabo; eso es lo que hacen las personas virtuosas. Un mentiroso podrá decir la verdad una vez: si le conviene, le será fácil. Una persona sincera dirá sierre la verdad, creará un ambiente de transparencia, de claridad y de honestidad a su alrededor, mejorará cada día y enseñará a hacerlo a los demás.
Ganar mucho a costa de la ética puede ser fácil, pero las consecuencias pueden ser desastrosas. Ser ético a costa de los beneficios y de la continuidad de la organización no es precisamente un ejemplo de buena gestión. El reto que nos espera es ética con beneficios: una buena gestión desde el punto de vista técnico-económico, sociopolítico y ético. O sea, hacer de la ética no un costo, ni una restricción, sino una fortaleza, un componente de la buena gestión.
Referencias Bibliográficas

http://www.laflecha.net/articulos/empresas/etica/
http://www.ucu.edu.uy/facultades/CienciasHumanas/Institutos/Bioetica/Bioetica%20y%20Ciencias%20Agrarias/Etica%20Profesional%20y%20Laboral.pdf
http://www.ejournal.unam.mx/rca/216/RCA21606.pdf

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