lunes, 28 de junio de 2010

LA ÉTICA PROFESIONAL Y SU RELACIÓN CON EL FOMENTO DE VALORES PARA LA CONVIVENCIA EN EL AULA PREESCOLAR

UNIVERSIDAD DEL SUR

Resumen:
Se propone el análisis de la función del docente en el fomento de valores así como la relación que existe entre la ética profesional y la práctica de valores en el aula, se plasman las reflexiones que realicé sobre mi práctica docente al igual que las conclusiones que obtuve.
Palabras clave: docente, análisis, valores, función docente, ética, reflexión.

Abstract:
One proposes the analysis of the function of the teacher in the promotion of values as well as the relation that exists between the professional ethics and the practice of values in the classroom, there take form the reflections that I realized on my educational practice as the conclusions that I obtained.
Keywords: teacher, analysis, values, educational, ethical function, reflection.

Introducción
La ética profesional, los valores para la convivencia y el preescolar.
Siendo la educación un fenómeno socio cultural complejo donde participan y convergen una gran cantidad de personas y por ende existe una amplia gama de saberes, experiencias, actitudes e ideas es necesario poseer valores para la convivencia que medien dichas relaciones a fin de que el proceso enseñanza-aprendizaje se dé en un ambiente armónico, dinámico y facilitador de aprendizajes.
En la actualidad se habla de una carencia de valores, de crisis morales y falta de ética, ¿Qué son los valores?, ¿A qué se debe esta situación?, ¿De dónde surgen los valores y porque su actual carencia?, ¿De qué modo se relaciona la ética profesional y el fomento de valores en el aula?, ¿De qué manera incide dicha situación en el proceso enseñanza - aprendizaje?, ¿Qué hacen las instituciones educativas al respecto?, ¿Cuál es el papel del docente ante tal situación?
La presente investigación pretende resolver dichas interrogantes, exponer los puntos de vista de algunos de los participantes en el proceso enseñanza -aprendizaje así como plantear propuestas que atiendan la problemática antes citada.





Desarrollo
Definamos ética profesional y valores para la convivencia

La ética profesional genera resultados verdaderos y deseados, ya que implica el desempeñar una labor dando lo mejor de sí; el individuo que posee ética profesional no se conforma con cumplir a la ligera por el contrario cumple con ánimo de superar las expectativas que él mismo, así como quienes le rodean, se plantearon, no busca más que dar lo mejor de sí puesto que él es quien profesa ser y por ende eso se debe ver reflejado en su desempeño profesional.
Desde hace muchos años se han intentado definir y describir los valores según la cultura y la época en que estos se analizaron, Platón situó los valores en el mundo eterno e inmutable de las Ideas, el cristianismo los sitúa en el ámbito eterno e inmutable de la mente de Dios. A finales del siglo pasado el filósofo alemán Friedrich Nietzsche afirmó "Los valores los crean las personas, son proyecciones de nuestra subjetividad, de nuestras pasiones, sentimientos e intereses, los inventamos, existen porque nosotros los hemos creado”. Después de esta afirmación surgieron dos corrientes contrapuestas a la definición de valores: los subjetivistas y los objetivistas. Los primeros defienden que no existen cosas valiosas por sí mismas, es decir, valioso es lo que cada ser humano considere importante, los valores no tienen existencia real sino existen adheridos a los objetos que lo sostienen. Por lo contrario los objetivistas afirmaban que los valores existen por si solos, son ideales de vida, poseen esencia propia y existencia ideal.
En el presente trabajo considerare a los valores como pautas de conducta, ideales de vida, que definen nuestro actuar en sociedad, contribuyen a elegir lo que más nos conviene y por ende a tener una mejor calidad de vida.
La importancia de los valores radica precisamente en su incidencia en la conducta humana, al vivir en sociedad interactuamos guiados por nuestra inteligencia, en ocasiones por nuestro instinto, sin embargo siempre existen pautas de conducta, ideales de comportamiento y es ahí donde entran en juego los valores. No se imponen, se transmiten con el ejemplo y con la práctica del día a día. Desde que nacemos estamos en contacto con ellos a través de las reglas familiares puesto que estas parten de los valores mismos.
Según Schwartz (1990) los valores son representaciones cognitivas inherentes a tres formas de exigencia universal: las exigencias del organismo, las reglas sociales de interacción y las necesidades socio-institucionales que aseguran el bienestar y el mantenimiento del grupo. De esa manera, los sistemas de valores se organizan alrededor de tres dimensiones fundamentales: el tipo de objetivo (trascendencia o beneficio personal; conservación o cambio), los intereses subyacentes (individuales o colectivos), el dominio de la motivación (tradición, estimulación, seguridad).
La escala valorativa varía según el individuo, es decir depende de la ideología de cada uno, para algunos los valores religiosos, serán los más importantes y su escala valorativa estará en función de sus concepciones teocéntricas, para otros los más importantes serán los valores estéticos y todo girará alrededor de lo bello. La ordenación jerárquica de cada uno podría ser juzgada sin embargo debemos tomar en cuenta que cada una está basada en la moral por ende más que desaprobarla podemos enriquecerla transmitiendo diversos valores al otro, retroalimentándonos.
Con esto podemos afirmar que los valores surgen del individuo y están presentes en todos los contextos en los que este se desenvuelva. Partimos de que los valores son elementos centrales en el sistema de creencias de las personas y están relacionados con estados ideales de vida que responden a nuestras necesidades como seres humanos, proporcionándonos criterios para evaluar a los otros, a los acontecimientos tanto como a nosotros mismos (Rokeach, 1973 en García, Ramírez y Lima, 1998). Es así que los valores nos orientan en la vida, nos hacen comprender y estimar a los demás, se relacionan con la imagen que vamos construyendo de nosotros mismos y están ligados a nuestras competencias sociales. Es aquí donde radica su importancia y trascendencia.

Discusión
¿Crisis de valores? ¿A qué se debe?
A diario se escucha el término “crisis de valores”, “hay q rescatar valores” “en mis tiempos si existían valores”, son frases que día a día nos acompañan; quizás intentan justificar y explicar diversos acontecimientos que marcan y denigran a la sociedad. En las escuelas se escucha “los jóvenes ya no tienen valores, antes respetaban al profesor”, “no existe una formación en valores” Pero ¿Dónde surge el problema? La escuela culpa a la casa. La casa culpa a la escuela y otros más culpan a la sociedad.
Enrique rojas afirma “vivimos en una sociedad, en cierta medida, que está enferma, de la cual emerge el hombre light, un sujeto que lleva por bandera el hedonismo – consumismo-permisividad-relatividad. Todos ellos enhebrados en el materialismo. Un individuo así se parece a los productos light: comidas sin calorías ni grasas, cervezas sin alcohol, azúcar sin glucosa, cigarro sin nicotina, Coca- Cola sin azúcar… y un hombre sin sustancia, sin contenido, entregado al dinero, al poder, al éxito y al gozo limitado sin restricciones. El hombre light carece de referentes, tiene un gran vacío moral y no es feliz aun teniendo materialmente casi todo” i

i ROJAS ENRIQUE, EL HOMBRE LIGHT UNA VIDA SIN VALORES, EDITORIAL TEMAS DE HOY, MADRID 1992, PAG11
Al cuestionar a algunos profesores sobre dicha situación encontramos las siguientes conclusiones:
 Los valores se pierden porque los padres no les dedican tiempo de calidad a la educación de sus hijos.
 Los valores se pierden porque el individuo no tiene un proyecto de vida que lo lleve a considerar lo que es realmente importante.
 Los valores se pierden porque no se poseen criterios propios y se dejan llevar por la multitud, por el mayoritismo.
Si bien es cierto que resulta importante e innegable que la familia juega un rol importante dentro de la educación en valores tampoco podemos negar que es la escuela donde el individuo tiene mayor oportunidad de poner en práctica los valores que posee y somos los profesores quienes debemos dar el ejemplo y propiciar las situaciones que lleven al individuo a una reflexión sobre la importancia de los valores.
Para conocer las ideas de los padres sobre los valores cuestioné a los mismos sobre los valores que inculcan en casa y la importancia de estos, obtuve como conclusión:
 Se desconoce el concepto de valor como tal, saben que existe el respeto, la cordialidad etc. Más no lo identifican como un valor.
 Se promueven los valores de manera implícita dentro del hogar, más que promover un valor se conceptualiza “lo malo y lo bueno” del contexto inmediato.
 Cada “mala decisión” del niño dentro del hogar tiene una reprimenda más que un análisis de la conducta, es decir “hiciste mal, y estas castigado porque sí” no existe un análisis ni reflexión del actuar.
Con dichas conclusiones es evidente que la educación en valores, que inicia en casa y continua en la escuela es un proceso complicado puesto que entran en juego diversos factores que impactan de manera negativa en los individuos y no crean una reflexión ni se apoyan en las operaciones evaluativas de cada uno, es decir, estamos acostumbrando a nuestros niños y niñas a que se les diga que está bien o está mal, se les indica cómo comportarse en lugar de apelar a la reflexión sobre la conducta propia y crear sus propias reglas, sus propios valores y su propia jerarquización de los mismos. Si bien es cierto que es importante enseñar con el ejemplo no olvidemos que es más importante que el individuo entienda, analice y reflexione sobre lo que considera es importante para él, es decir ya no son aprendizajes significativos y si son conductas académicas, se condiciona la conducta desde casa, “te portas bien, tienes recompensa, te portas mal hay un castigo” y en la escuela reforzamos la misma premisa al marcar repetidamente “tienes mala conducta ameritas reporte, tienes excelente conducta has ganado un diploma”.
Puntualizando: Ciertamente cada época histórica ha supuesto una crisis de valores, porque unos han dejado de tener vigencia, de "valer" y han surgido otros que antes no habían sido descubiertos o potenciados.
Además, la historia no sigue un proceso lineal, sino que es discontinuo (cfr. Ortega y Gasset). Por eso, ni hay un progreso permanente, ni todas las épocas son igualmente altas en valores. Unas épocas o culturas proponen un ideal humano más alto que otras.
¿Por qué se ha producido una crisis de valores? Es una pregunta difícil de responder de manera precisa, “En la actualidad, la importancia del problema de los valores es innegable; la crisis del hombre actual es una crisis de valores que requiere un examen crítico, a fondo, de su naturaleza, sentido, fundamento y jerarquía”ii


ii Ana María, GONZALES (1991). EL ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA. MÉXICO: TRILLAS.
muchos son los autores que reflexionan al respecto y las hipótesis varían según las ideologías y formación de cada uno, sin embargo la crisis de valores es evidente, se refleja en el actuar diario, en el modo de vestir, hablar, la forma en cómo se relacionan e interactúan y en el materialismo al querer y priorizar en sus vidas la riqueza material sin importar el modo en que esta se obtenga, lo importante es poseerlo.

¿De que manera incide la crisis de valores en el proceso enseñanza- aprendizaje? ¿Qué hacen las instituciones educativas al respecto?
Ibáñez Martín, señala el valor como estrella solar para el navegante dirige la ruta, incentiva la acción y nunca se alcanza del todo y por ello la condición humana trasciende y sobrepasa incesantemente. Por ello es difícil concebir una enseñanza sin valores.
Cada uno de los niveles básicos de la educación señala competencias basadas en valores, se imparten materias como formación cívica y ética, en el preescolar se marcan las competencias a favorecer y más de una está basada en promover valores. Esto hace evidente que los valores están presentes en los planes y programas, sin embargo eso no es suficiente pues al llevarlos a la práctica estos carecen de significado.
Al cuestionar a algunas docentes (de preescolar) sobre si planean o no situaciones didácticas para promover un valor en específico la mayoría de la entrevistadas (8 de 10) aseveró que no era necesario puesto que “los valores están presentes siempre, en un cuento, en el compartir material…” Con esto surge la incógnita ¿Estamos haciendo lo correcto? ¿Estoy atendiendo verdaderas necesidades de mi grupo?, no podemos afirmar que en todos los casos la educación en valores es superflua, más es claro que no se le permite al educando valorar y evaluar su conducta, mucho menos entender el porqué de esa conducta anhelada.

¿Cuál es el papel del pedagogo ante esta situación?
Teniendo en cuenta que el pedagogo tiene un amplio campo de trabajo e interactúa con los diversos participantes del proceso enseñanza – aprendizaje se emprenderán las siguientes acciones para promover los valores dentro de la institución educativa:
 Con los padres de familia:
• Invitar a los padres a una charla que genere una reflexión sobre la definición de valores, su importancia y la incidencia en la conducta de los educandos.
• Trabajar en un valor, definido por el grupo de asistentes, reflexionar sobre el valor elegido y practicarlo de manera personal y comprometida con el fin. Analizar ¿cómo nos sentimos? ¿Se produjo un cambio en mí?
• Realizar diversas dinámicas que incluyan al educando para reflexionar sobre los valores y la importancia de estos al interactuar con aquellos que nos rodean a diario.
• Una vez que se ha definido que es un valor, la importancia del mismo y la incidencia de este en la conducta del individuo proponer a los padres de familia el practicar y reflexionar en torno a estos desde casa y con sus hijos.
 Con los docentes, basados en los planes y programas:
• Crear una reflexión en torno a la educación en valores. Invitar al docente a reflexionar sobre la manera que promueve los valores, al principio se limitaran a leer cuentos, compartir material y hacer una actividad específica que de manera “implícita” promueva un valor. Plantear las siguientes incógnitas ¿Qué valores pusieron en juego?, ¿lograron apropiarse de un nuevo valor?, ¿les fue posible reflexionar el por qué la importancia de ese valor? ¿cómo pudieron poner en práctica ese valor? ¿Consideran que con estas actividades se promueve la formación en y de valores?
El segundo día llevar a cabo una situación didáctica donde los docentes construyan su propio valor, es decir, reflexionen en torno a un valor específico, con una clase diseñada especialmente para promover dicho valor. ¿Cómo se sintieron? ¿Consideran que se promovió un valor o se les dijo cómo comportarse? ¿Comprenden la importancia de una educación en valores?
• Sugerir algunas maneras de trabajar valores en aula de manera dinámica y específica
• Como docentes promover un valor por mes y compartir cómo lo abordó, qué estrategias implemento y darlo a conocer en los consejos técnicos
 Con los alumnos:
• Que conozcan la importancia de los valores.
• Que cada uno analice los valores que posee y practica.
• Promover la creación del “plan maestro” que es donde cada alumno crea su propio proyecto de vida, puntualiza lo que quiere lograr y cómo llegar a ello poniendo en práctica los valores que posee, analiza los valores que necesitará y reflexionará en cómo construirlos.
• Que cada alumno realice un “examen diario” de su conducta de los valores que puso en práctica y los que omitió
• Mantener la práctica de los valores dentro y fuera de la institución educativa.


Conclusiones

Algunas consideraciones éticas finales.

La falta de ética profesional entre los docentes ha favorecido el olvido de objetivos morales explícitos y ha colocado como finalidad del quehacer humano el éxito académico, la adaptabilidad y el afán de logros, sin importar los medios para alcanzarlos.
La humanidad debemos responder a esta pérdida de valores creciente con un código ético común que beneficie a todos, que brinde a todos los pueblos la oportunidad de gozar de la paz, que haga más equitativas las relaciones entre todos nosotros.
Los educadores debemos propiciar una visión ética con la convicción de que, en esta nueva época, el mundo será lo que las sociedades hagamos de él.
Como es bien sabido, no existen recetas mágicas para lograr cambiar el mundo que nos rodea, aún existen viejas prácticas y concepciones que en nuestros días son obsoletas y se niegan a cambiar, sin embargo, en cada persona que logremos crear conciencia tendremos un aliado que contribuya hacer de este un mundo mejor y sin ser tan ambiciosos a tener una institución educativa rica en personas que saben lo que es realmente importante en sus vidas y que antes de dejar llevar por un mundo light se guían en sus propias creencias.
Referencias Bibliográficas

 ABAD, J. (1995). La vida moral y la reflexión ética, Madrid: MC GRAW HILL
 GONZALEZ, A. (1991). El enfoque centrado en la persona. México: Trillas
 MARTÍNEZ, J. (2002). Educar en tiempos de globalización II. Madrid, España: Revista Padres y maestros, no. 266. pp. 32 a 36.
 NIETZSCHE, F. (1886). Más allá del bien y del mal.
 NUÑEZ. L, (1998). La ruptura educativa de la mundialización a la localización en la acción educativa, PAG.95-100, Universidad de Sevilla, serie ciencias de la educación.
 PUJOL, E., GONZALEZ, L. (2003). Valores para la convivencia. México: Edilar
 ROJAS, E. (1992). El hombre ligth una vida sin valores. Pág. 11 MADRID: Temas de hoy.
 SAVATER, F. (1995). Ética para Amador. México: Ariel
 SAVATER, F. (1998). Ética como amor propio. Barcelona: Grijalbo Mondador.

Notas sobre el Autor

Eli Contreras Pérez
Licenciada en educación preescolar a cargo del 2º “A” del J.N. “Zamná” ubicado en la región 204 S/N
Estudiante de maestría en Pedagogía en la Universidad del Sur
Ecope84@hotmail.com





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